Si hay un libro que, sin ninguna duda, considero que hay que tener es "Meditaciones"(*). Escrito por Marco Aurelio, conocidísimo emperador del imperio romano en el siglo II d.C., entronca con la corriente filosófica del estoicismo.
A continuación muestro un extracto del mismo:
1. ¿Te distrae lo que ocurre en el exterior? Roba tiempo para aprender algo bueno y deja de dar vueltas. (Libro II, 7).
2. Nadie pierde otra vida que la que vive, y no se vive más vida que la que se pierde, aunque vivieras tres mil años o treinta mil. (Libro II, 14).
3. No malgastes lo que te queda de vida conjeturando sobre los demás, a no ser que busques un bien común. Pues imaginar qué pueden estar haciendo y por qué, qué están pensando y qué planean, te aturde y te aparta de tu guía interior. (Libro III, 4).
4. Venera tu capacidad crítica. De ella depende que tu guía interior opine según la naturaleza y la razón. (Libro III, 9).
5. La gente se suele retirar al campo, a la costa o a la montaña. Tú mismo lo deseas a menudo. Pero es un tanto ingenuo, pues en cualquier momento te puedes retirar en ti mismo. (Libro IV, 3).
6. No juzgues las cosas como lo hace el insolente o como quiere que lo hagas. Examínalas tal y como son. (Libro IV, 11).
7. No actúes como si fueras a vivir diez mil años. Lo inevitable pende sobre ti. Mientras vivas, mientras sea posible, sé un hombre de bien. (Libro IV, 17).
8. Cuánto tiempo libre gana quien no mira lo que dice, hace o piensa el vecino, y sólo se preocupa de que sus propios actos sean justos y buenos. (Libro IV, 18).
9. Quien se preocupa por su fama póstuma se olvida de que quienes le recuerden también morirán pronto; también aquellos que los sucedan. (Libro IV, 19).
10. Lo bello, para serlo, no necesita de elogios: se basta a sí mismo. (Libro IV, 20).
11. Examina los principios que guían a los sabios y descubre qué evitan y qué persiguen. (Libro IV, 38).
12. El tiempo es como un río donde los acontecimientos son como una corriente impetuosa. Apenas se entrevé una cosa, ya es arrastrada; y también lo será la que ocupa su lugar. (Libro IV, 43).
13. Corre siempre por el camino más corto: el que está de acuerdo con la naturaleza. (Libro IV, 51).
14. Cuando por la mañana te cueste trabajo despertar, ten presente este pensamiento: "Me despierto para llevar a cabo mi tarea como hombre". (Libro V, 1).
15. Haz acopio, pues, de aquellas [cosas] que dependen únicamente de ti: sinceridad, dignidad, fortaleza, moderación frente a los placeres, resignación ante el destino, necesidad de poco, bondad, libertad, sencillez, seriedad en los propósitos, grandeza de ánimo.(Libro V, 5).
16. No te enfades, abandones, ni pierdas la paciencia, si a menudo no consigues actuar de acuerdo con principios rectos. Más bien, después de un fracaso, vuelve a intentarlo de nuevo y alégrate si la mayor parte de tus acciones son dignas de un ser humano. (Libro V, 9).
17. Tu inteligencia será lo que la hagan tus ideas, pues el alma se impregna de las ideas. (Libro V, 16).
18. Sólo los locos persiguen lo imposible. Imposible es que los malos no cometan maldades. (Libro V, 17).
19. Ser un hombre afortunado significa que se tiene una buena fortuna, y una buena fortuna son las buenas inclinaciones del alma, los buenos impulsos, las buenas acciones. (Libro V, 37).
20. Una buena manera de defenderte de ellos es no parecerte a ellos. (Libro VI, 6).
21. Cuando te apremien las circunstancias y te encuentres preocupado, vuelve enseguida a ti mismo y no te alejes de tu propio ritmo más tiempo del necesario. (Libro VI, 11).
22. Se niegan a hablar bien de sus contemporáneos, con los que conviven, pero anhelan ser elogiados ellos mismos por los que han de venir después, a quienes no han visto ni verán jamás. (Libro VI, 18).
23. Si algo te es difícil de realizar, no supongas por ello que es imposible. Piensa que, si algo es humanamente posible y propio, tú lo puedes lograr. (Libro VI, 19).
24. Si alguien me rebate y da pruebas de que pienso o actúo incorrectamente, con gusto cambiaré, pues busco la verdad, que nunca ha perjudicado a nadie. Por el contrario, el que sufre daño es el que permanece en su propio engaño e ignorancia. (Libro VI, 21).
25. ¡Qué cruel es no permitir a los hombres que se conduzcan según lo que les parece conveniente y ventajoso! (Libro VI, 27).
26. El que ha visto lo presente, lo ha visto todo: lo que hubo en el pasado indefinido y lo que habrá en el futuro interminable, pues todo tiene el mismo origen, todo tiene el mismo aspecto. (Libro VI, 37).
27. ¿Acaso te enfadas por no pesar trescientas libras? Haz lo mismo con el número de años que te toca vivir: igual que estás satisfecho con la parte de materia que te toca, haz lo mismo con el tiempo. (Libro VI, 49).
28. Intenta persuadirlos, pero cuando la razón de la justicia así lo exija, obra a pesar suyo. Sin embargo, si alguien emplea la violencia para oponerse, recurre a la amabilidad y al buen humor. (Libro VI, 50).
29. Acostúmbrate a escuchar con la mayor atención lo que se te dice. (Libro VI, 53).
30. Recuerda que cambiar de camino, seguir a quien te coloca en la dirección correcta, no significa perder libertad: cambiar es una acción tuya, que precisa tu impulso, tu decisión y también tu inteligencia. (Libro VIII, 16).
31. Habla, en cualquier lugar, con claridad y sin afectación. Emplea un lenguaje sano. (Libro VIII, 30).
32. Aceptar sin orgullo, renunciar sin apego. (Libro VIII, 33).
33. Cada uno disfruta a su manera. La mía es conservar mi guía interior en buena disposición, sin volver la espalda a ningún ser humano ni a los sucesos que les afectan, sino mirar todo con buenos ojos, aceptándolo, y emplear cada oportunidad según su valor. (Libro VIII, 43).
34. ¿Quieres que te alabe quien a sí mismo se maldice constantemente? ¿Quieres agradar a quien no se agrada? ¿Se puede gustar a sí mismo quien se arrepiente de casi todo lo que hace? (Libro VIII, 53).
35. Aunque estamos en el mundo los unos por los otros, el guía interior de cada uno es independiente; en caso contrario el mal de los demás también será mi mal. Pero dios no lo quiso y mi desdicha no depende de los demás. (Libro VIII, 56).
36. El que tiene miedo de morir, o teme la insensibilidad o teme sentir de otra forma. Si la sensibilidad desaparece, no notarás ni el menor mal; y si tienes una sensibilidad diferente, serás un ser diferente y estarás vivo. (Libro VIII, 58).
37. Los hombres existen unos por otros: instrúyelos o sopórtalos. (Libro VIII, 59).
38. Entra en el interior de los demás y permíteles también entrar dentro de ti. (Libro VIII, 61).
39. A menudo se es injusto por omisión, y no sólo por acción. (Libro IX, 5).
40. Borrar la imaginación, reprimir el impulso, apagar el deseo, mantener el autocontrol. (Libro IX, 7).
41. Hoy he escapado de los estorbos, o mejor, los he expulsado, pues en realidad estaban dentro de mi: eran mis opiniones. (Libro IX, 13).
42. No en el sentir, sino en la acción. Allí, para el ser racional y social, están el bien y el mal, la virtud y el vicio. (Libro IX, 16).
43. Cuando imaginan herirte con sus críticas o favorecerte con sus elogios ¡cuánta pretensión! (Libro IX, 34).
44. Perder sólo es cambiar. Y la naturaleza universal disfruta con el cambio. (Libro IX, 35).
45. Ya no discutas más qué es un hombre bueno: sé uno. (Libro X, 16).
46. O vives en el mundo y te has acostumbrado, o te has ido porque querías, o has muerto y tu misión ha terminado. No hay nada más: ten buen ánimo. (Libro X, 22).
47. Piensa constantemente que todo lo que ocurre ya ha sucedido en el pasado y volverá a ocurrir. (Libro X, 27).
48. Cuando tropieces con una falta ajena, vete y busca qué falta parecida cometes tú, por ejemplo creer que el dinero es un bien, o el placer o la fama, y otras similares. (Libro X, 30).
49. Vivir siempre la mejor vida. Es posible si nuestra alma permanece indiferente ante las cosas indiferentes. (Libro XI, 16).
50. Si no es conveniente, no lo hagas; si no es cierto, no lo digas. Sé dueño de la iniciativa. (Libro XII, 17).
(*) MARCO AURELIO. Meditaciones. Editorial Gredos, S.A. Madrid, 1999.
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